domingo, 26 de enero de 2014

El tabú en la comunicación sexual


El principal problema de insatisfacción a la hora de mantener relaciones sexuales viene, sencillamente, por la falta de comunicación.

La razón más frecuente para que tu pareja sexual no te de placer es el desconocimiento de aquello que te gusta.

Si, por ejemplo, nunca le dices a la persona con la que te acuestas que para llegar al orgasmo necesitas que te estimulen el clítoris, porque con la penetración no es suficiente, por sus propios medios es improbable que llegue a la misma conclusión.

Hablar de lo que nos gusta hacer y que nos hagan en la cama es fundamental para tener una vida sexual plena y placentera. No olvidemos que algo es adivino ni que, por mucho corte que nos pueda dar, no hay nada más erótico que hablar de sexo con tu pareja. Una vez que lo hayas hecho lo agradecerás.

Muchas veces está presente el miedo a que la otra persona piense que no se buen amante o se sienta mal cuando le indicamos lo que queremos que nos haga, pero esa no es la percepción que recibirá. ¿A ti no te gustaría que tu pareja te dijera lo que más le pone para darle el máximo placer? Pues a eso mismo nos referimos.

El sexo no es como nos lo muestran en las películas, que justo se pone uno encima del otro y ya ven las estrellas. Nada que ver. En la vida real, cada persona es un mundo, tiene sus fantasías y algo en concreto que le vuelve loco. Ni eres un bicho raro, ni un caso aparte. Que la gente en muchas ocasiones no hable sin tapujos de su vida sexual no quiere decir que no compartan tus mismas inquietudes, no lo olvides.

Nada atrae más que alguien que deja volar su imaginación. Porque, si no disfrutas al máximo de tus relaciones, ¿para qué quieres hacer el amor? ¿Para contentar a la misma persona olvidándote de tu propio placer? En ese caso, la solución es tan simple como regalarle una muñeca hinchable, un vibrador o cualquier otro juguete. Pero si quieres que el orgasmo sea cosa de dos, nunca olvides el diálogo.

viernes, 24 de enero de 2014

¿Prohibición o legalización?



El debate en la calle.


Siempre que se habla de prostitución se llega al mismo debate. ¿Debería prohibirse o legalizarse? ¿Debemos meter mano a los dueños de los clubs o sólo combatir a los proxenetas? ¿Dónde está la línea que los diferencia? ¿Hay que proteger a las mujeres de la prostitución? ¿Criminalizar a los clientes? Educar a nuestros jóvenes en el respeto a la mujer, ¿es compatible con que usen los servicios de una prostituta tiempo después? Y, por supuesto. el tema más recurrente: ¿cumplen las prostitutas un fin social?






Iremos analizando por partes:


Prohibición o legalización. 


Las asociaciones feministas y de lucha de género son el gran aval de la lucha por la prohibición de la prostitución. El argumento principal que defienden es que la legalización y regularización de las prostitutas sólo ayuda al crecimiento de la industria del sexo, y con ello al engrose de las cuentas corrientes de proxenetas y traficantes de personas. Se presume que estos mismos se convertirán en hombres de negocios, pero, ¿no lo son ya?


La industria del sexo es potente precisamente porque está apartada. La ausencia de control por parte de las autoridades permite que los proxenetas marquen y regulen su mercado a su antojo, y utilicen a las mujeres para conseguir dinero. Con la legalización, las mujeres que trabajan por cuenta ajena en clubs, pisos o casas de contactos, podrían beneficiarse de una ley que las proteja en clubs y que asegure un futuro laboral, cotizando o perteneciendo al régimen de autónomos. De otra manera, los dueños de clubs de alterne seguirán declarándolos como bares u hoteles, de una manera legal o alegal, y dejando la responsabilidad del negocio sexual a las mujeres, con los derechos y deberes que eso conlleva.





La presunción de que los burdeles son ahora ilegales es totalmente falsa. Son completamente legales desde el momento en que su registro mercantil no es el de “burdel” sino cualquiera referente a hostelería y sector servicios. Hacer legal la prostitución no interfiere en la legalidad de los chulos de putas. Siguen siendo tan legales como un representante.


La legalización de la prostitución promueve el tráfico de personas y la trata de blanca. ¿Es eso cierto?. Analicemos por qué se promueve la trata de blancas: porque en un negocio clandestino en el que el único objetivo es ganar dinero a costa de la vida y trabajo de otro, la forma más efectiva de obtenerlo es cargando a cuarenta bielorrusas en un autobús y repartirlas contra su voluntad por diversos puticlubs de Europa. Si esas mujeres tuvieran la libertad de elegir la prostitución como una opción laboral propia, en la que conseguir un dinero rápido o un trabajo para unos años, los proxenetas no tendrían razón de ser. Nadie en su sano juicio se arriesgaría a que la policía cerrara las puertas de su negocio teniendo vía libre para obtener trabajadoras legítimas.





No olvidemos, que al contrario de lo que exponen los tratados anti-prostitución, las mujeres que ejercen esta profesión libremente son tan trabajadoras como una peluquera, una abogada o una panadera. Reciben un monto por su trabajo, que consiste en el intercambio de sexo. No se compra a una mujer, se compra una labor que desempeña durante media hora o una hora. A mi no me compran para picar piedra, yo pico piedra, y por eso me pagan. Millones de mujeres han elegido esta profesión para ganar su sustento durante toda la historia de nuestra humanidad. Nadie debiera juzgarlas. Y millones de mujeres han sido coaccionadas para que su labor sea la misma, eso tampoco lo olvidamos. Pero en tanto una sola mujer quiera ejercer la prostitución libremente, nadie debe condenarla por ello. Sigue habiendo la misma demanda que hace mil años. Y dentro de mil más, los hombres seguirán pagando por sexo, ya sea en libertad o en la clandestinidad. No nos olvidemos de que uno de los derechos básicos del ser humano es la libre elección de trabajo, y la mejor forma de combatir que otros obliguen a alguien a trabajar como puta, es poder garantizar que si lo eliges libremente tendrás unos beneficios sociales.



No hay que confundir un concepto básico. Cada vez que se habla de trata de blancas asumimos que cualquier trabajadora extranjera, latina, africana o del este ya ha sido obligada a trabajar en nuestro país o en otro país Europeo como prostituta. Una cosa son las mafias que reclutan mujeres en el extranjero, las engañan y las encierran en un club. Otra son las empresas que informan a mujeres en el extranjero de la posibilidad de entrar en España u otro país europeo como prostituta, saldar una deuda en concepto de viaje y manutención, incluso en algunos casos de obtención de papeles, y que una vez saldada esa deuda pueden irse o quedarse en sus trabajos. Y otra es la mujer extranjera que está en nuestro país, no tiene recursos financieros y decide picar a la puerta de un club y ganarse la vida. Son distintos grados de obligación. Uno a punta de golpes y pistolas, otro en plan Bankia, ofreciendo un préstamo que tienes que devolver con unas condiciones abusivas, pero que has firmado y aceptado desde un inicio, y otro, el que imponemos todos desde los empresarios que no contratan a mujeres (y hombres) extranjeros hasta los que nos hemos comido esta crisis sin protestar. Lo llamativo -o no-: que cada vez más mujeres españolas recurren a esa misma salida, sobre todo mujeres jóvenes, estudiantes o con carrera universitaria, que no tienen acceso a una salida laboral, ya no digna, sino cualquiera. Y eso, no nos parece trata de blancas.



Los beneficios sociales en caso de la legalización son muy amplios. Los dueños de bares de alterne pasarían a declarar sus empresas como lo que son y eso les obligaría a contratar a las chicas como trabajadoras, con alta en el régimen de la Seguridad Social y un contrato por horas. Si bien es cierto, que en la alegalidad vigente, toda prostituta puede darse de alta como autónoma y cotizar, pero el estar contratada por cuenta ajena le permitiría unos beneficios altos, como derecho a paro, prestaciones y, sobre todo, mutua laboral para poder hacer los chequeos necesarios para su profesión regularmente y de forma gratuita, algo que garantiza la seguridad para empresario, trabajadora y cliente. Y no olvidemos la ingente cantidad de dinero que puede recibir la administración pública de esta operación.



Los clientes, ese estigma de la sociedad. El putero tipo torrente o el chaval que quiere dejar de ser virgen. En un mercado libre, la oferta siempre tiene que responder a la demanda. Los hombres demandan servicios sexuales, por cualquiera que sea el motivo. A veces, sencillamente, por búsqueda de compañía. Muchas otras por vicio. Yo soy muy viciosa, no lo voy a negar. Tengo una personalidad altamente adictiva que me hace engancharme a muchísimas cosas dependiendo de la época. Mi último vicio es tomarme una tónica en el bar de debajo de casa antes de ir a dormir. Tal cual, sin más. Si no la tomo, no duermo. Voy, charlo con el camarero, me río, me acabo mi tónica y me voy a dormir. Y esa misma rutina es la que padecen muchos de los hombres que yo he visto en puticlubs a lo largo de mi vida. Salen del trabajo, van al puti, se toman una cerveza, tontean con una chica, y una o dos veces por semana suben con ella. Nunca olvidéis el espejismo de relación y el síndrome Pretty Woman que sufren estos hombres. Otros quieren probar, algunos quieren sentirse atractivos, , los que más, quieren echar un polvo. Si la prostitución fuera legal, podrían ir de putas sin ser socialmente atacados y juzgados. Y, mejor aún, las prostitutas podrían ganarse la vida de una forma más digna, sin el cargo de conciencia que les imponemos desde el exterior.







Michelle. 


Hay mujeres a las que no les queda otra opción que ser putas. O eso me decía Michelle. Brasileña, rubia platino, tetas enormes, cerca del metro con noventa. Voz varonil, manos fuertes.


Michelle nació como Michel hace casi cuarenta años en un suburbio de Rio. Tuvo claro desde pequeño que quería ser mujer. Que los tacones de su madre le sentaban mejor que las botas de fútbol que le obligaba a vestir su padre. En cuanto cumplió los catorce, fue al médico para pedir hormonas. Le pidieron un consentimiento paterno, y su padre lo que le dio fue una paliza. Cogió las maletas y se fue a Maracaibo con unos parientes. Ahí aprendió a hablar castellano. Trabajó recogiendo fruta y verdura durante dos años, y con dieciséis empezó a coquetear con la prostitución. Sí, estamos hablando aquí de prostitución infantil. Pero también del espejismo mental que se le formaba a Michel cuando, en brazos de un hombre, se convertía en Michelle.


A los 17 juntó el suficiente dinero para empezar el tratamiento de hormonación que tendría hasta los 19. Ahí se vino a España con una prima lejana que sabía que venía a ser prostituta. Los pequeños pechos de Michelle y su cara aniñada le permitieron trabajar en alguna calle de Barcelona hasta que pudo pagarse una operación. Sería la primer operación de pecho de las cuatro totales que se hizo. También una de nariz, de pómulos, labio y caderas. Si su padre la viera por la calle, no la reconocería jamás. Ni siquiera por los ojos, que también le han cambiado, pero no por una operación, sino por la vida.






Michelle siempre me decía que era mujer porque era puta. Que cuando un cliente se corría con ella, era cuando más femenina se sentía. Había pasado miedo al rechazo, pero ya no lo sentía. Toda la inseguridad de la infancia y juventud se había transformado en lo que veía, en aquellas piernas larguísimas aupadas en unos tacones de vértigo, caminando calle arriba y abajo por Oviedo, buscando un coche que le pitara y una oferta que no poder rechazar.


-¿Nunca tienes miedo a que reaccionen mal?


-Mira, cariño, siempre que me subo a un coche primero le tonteo, lo vuelvo loco, quiero que se le ponga tiesa. Y después se lo digo. Me vas a tener que dar por atrás, porque por adelante tienes un obstáculo. No me baja del coche ninguno. En el momento en el que te subes, ya se les hace la boca agua, ya quieren ponerme a cuatro patas, y les da igual lo que yo tenga por delante.


-¿Siempre?


-Alguna torta me he llevado. Alguno me ha dejado tirada en medio de un descampado. Pero son tan tontos los hombres… por eso yo no quiero ser un hombre, me dan asco.


-Parece mentira, porque el hombre putero siempre va de macho.


-El hombre putero quiere sexo. Y cuanto más raro sea el sexo, más difícil sea conseguirlo en una discoteca o en un centro comercial, más le gusta. Le gusto yo porque tengo rabo y le gustarías tú si tuvieras tres tetas o tres brazos. Si le pones cinco morenas y una rubia se van con la rubia. Y yo soy rubia y tengo rabo. Se van a ir conmigo siempre.



No puedo dar número exactos de los servicios semanales que hacía Michelle el tiempo que fue clienta mía, pero yo le vendía una caja de 100 preservativos al mes. Unos se rompen, otros se pierden, algunos no se usan. Pero siempre iba divina, con ropa y complementos nuevos, tenía un dineral en la cartera y las operaciones delatan lo que tenía en el banco. No quiere volver ni a Brasil ni a Venezuela. Quizá sí, algún día, para tocarle el culo a su padre por la calle y ver si se revuelve a intentar ligársela para poder decirle: cuando te dije que quería ser mujer, es porque sabía que podía serlo.

Primera consulta

Nos ha llegado la primer consulta a nuestro mail (consultorio_jugueteria@outlook.es):



Hola hola Nos encantaria que nos ilustrarais sobre el vibrador -masajeador este hitachi magic hand y sus copias de todo tipo y tamaño...nos gustaria saber lo mejor calidad-precio.


Hemos probado un marca fairy que nos gusto bastante y no es tan grande como los modelos primeros..


Mucha suerte en vuestra renovada aventura




Efectivamente, en los primeros modelos lo que destaca es el tamaño, y es un tamaño que asusta de primeras y que lo ha convertido en un vibrador poco vendido, pese a ser de los más potentes del mercado. Lo bueno que tiene es la gran cantidad de cabezales que se le podían acoplar para hacerlo más divertido, puesto que en elegancia física tampoco es que destacara mucho.




Es un masajeador al uso de los 90, es decir, con un motor muy potente y capaz de masajearte pies, cuello, testículos o clítoris de igual manera. Lo que lo hace distinto es, como te decía los cabezales. Si el modelo que ya has probado admite que acoples distintos terminales, adelante, prueba hasta que encuentres: tienes desde estimuladores prostáticos hasta orejitas de conejo que estimulan a la vez clítoris y punto G. El abanico es impresionante.

Y si quieres arriesgar en una compra, te recomendamos Wanachi, que es de un tamaño más pequeño que el original, y también puedes acoplarle diversos complementos.




No dudes en contactar con nuestra amiga Emma de elplacerjugueteria.com/es para asegurar tus compras.
Aquí tienes el enlace:

http://elplacerjugueteria.com/es/home/372-mini-wanachi.html


y en él puedes encontrar también un video promocional del fabricante en el que te explica cómo funciona.




jueves, 23 de enero de 2014

Ropa interior para seducir

Al igual que siempre hubo clases, se inventaron los colores. En este caso en concreto, para la ropa interior, que es lo que nos ocupa.

¿Qué me debo de poner si quiero triunfar como la coca cola?

En primer lugar, deshecha de tu armario todo aquello que se parezca al color carne, visón y similares. Quién te lo vendió se sacó el cursillo de merchadising en el merchadillo, o simplemente tenía muy mala baba, a secas. Ese color no es bonito. Según mi madre, es ideal y mucho mejor que el blanco para que no te transparente la lencería con la ropa clara, pero si lo que quieres es que te rellenen como a un pavo en Navidad; no será tu aliado.

El blanco sí es bonito, puesto que posee un toque angelical. Siempre y cuando no nos refiramos a una cautivadora bragafaja ni a un sujetador del estilo de los que llevaba mi abuela, por supuesto.

La ropa interior, cuanto más diminuta; mejor.

Si tienes mucho pecho, está bien llevar buena copa y aro para no acabar teniendo que dar toques con las rodillas; porque medir los tirantes es esencial. Antes de hablar de los colores que debes o no elegir, ten muy presente que es esencia llevar bien estrechitos los tirantes. Nada de no regularlos, paseando con ellos cedidos al máximo, porque tu escote quedará horrible. Tampoco los sustituyas por otros transparentes, salvo que te vaya el rollo choni de polígono. Mejor, si tu tamaño de pecho y la calidad del sujetador que te has comprado te lo permiten, llevar uno sin ellos en todo caso.

Pero como estamos hablando de lencería mona con la que has de parecer una diosa del sexo -en otros post aprenderás a serlo, para ello además hemos creado consultorio-, mi color fetiche a la hora de triunfar es el rojo.


Amo la lencería roja. Para mi gusto es la más sexy, sensual, bonita, femenina... Es un color que favorece a todas las mujeres y que realza el atractivo hasta de Fiona la de Shreck.

Un simple conjunto rojo, sin florituras ni encajes, hace guapa a cualquiera. Con los labios a juego y el pelo bien limpito y peinadito, la que no se come a su objeto del deseo es porque no quiere.


Mi segundo color favorito para la ropa interior es el negro. ¿Quién dijo que el negro era aburrido? Yo es que soy muy de vestir tipo fúnebre, será porque va a juego con mi pelo y hace contraste con mi piel nívea. Eso sí, sin parecer monster ni gótica, que todo tiene su punto justo, aunque cada una que sea lo que quiera. Es un color sobrio, elegante y sugerente. Nunca pasa de moda, va con todo y disimula imperfecciones. Que yo no soy de disimular, sino de presumir de virtudes y defectos porque nos tienen que aceptar tipo pack, pero bueno. Aquí creo que no hablamos de amor -necesariamente-...

El print de leopardo puede quedar de lo más poligonero según en qué prendas de ropa -nunca en los vestidos, que siempre serán de lo más sensual-, pero en un conjunto íntimo a tu pareja le apetecerá arrancártelo. Así como el de vaca es para encarcelar al diseñador, el leopardo es cálido, sugerente, atractivo.

La gama de los morados, burdeos, púrpuras... es una opción a tener muy presente. Al tratarse de tonos cálidos pero no chillones, hablamos de un doble juego a la hora de seducir. Absolutamente in para formar parte de nuestra colección de lencería guerrera.

El rosa palo es inocente y como tal juega a la sugerencia. Cuidado con confundirlo con el fucsia, una opción especialmente recomendada para las morenas de piel.


El blanco, según el diseño también puede ser bonito. El secreto está, como digo arriba, en el "menos es más". No a la ropa de abuela, ni a los grandes tirantes, ni a los sujetadores enormes, ni a las bragonas que te sirven de paracaídas. A mí es un color que me gusta mucho, porque tienta angelical, y que sobre todo en verano queda de pecado.

Los estampados, pues como los pimientos de Padrón, que unos pican y otros... ¡Ya sabéis! Los cuadros tipo escoceses siempre son bonitos, el mini encaje también, pero también existe cada venganza a evitar que para el día a día o para acudir al médico está bien... ¡y nada más! No porque esté a la venta es atractivo ni susceptible a la seducción. No seamos optimistas, que la autocrítica en estos casos es un bien de lo más preciado.

Bien, ¿no? ¡Pues manos a la obra!

Nuevo consultorio

Abrimos nuestros buzones para poder atenderos y ayudaros mucho mejor.

Nuestro nuevo e-mail es consultorio_jugueteria@outlook.es y aquí puedes enviarnos todas tus dudas sexuales, desde qué juguete es mejor para regalarle a tu pareja hasta cómo realizar los ejercicios de Kegel. O simplemente qué son los ejercicios de Kegel.


Si quieres que tu consulta ayude a otras personas, cuando te respondamos te preguntaremos si podemos incluir tu duda y nuestra contestación en una entrada del blog.

El equipo que atenderá vuestros emails está formado por tres especialistas, dos mujeres y un hombre. Nuestra visión siempre intentará ser informativa, no opinaremos y nos limitaremos a ayudarte. Seremos todo lo profesionales que este puesto requiere. Puedes confiar en nosotros, como nosotros confiamos en ti.

Adelante, te esperamos:

consultorio_jugueteria@outlook.es

Guess who is back!

Hemos vuelto.

Y lo hacemos mejor acompañados que nunca:

A partir de hoy, este blog revivirá gracias a varios colaboradores nuevos y a la inestimable colaboración de El Placer Juguetería de Vigo (http://elplacerjugueteria.com/es/) que nos pondrá los juguetes sobre la mesa.


Volveremos con concursos de relatos y fotografía erótica. Contaremos con expertos en tendencias y os presentaremos a nuevos personajes para nuestros relatos. Tendremos el consultorio abierto una vez más para tus dudas y tus sugerencias, y actualizaremos con posts sobre productos eróticos como antaño.

Volvemos para darle vida al blog, pero también para que tu vida sexual reluzca.

Gracias por volver a acogernos.